Con este post, pretendemos iniciar una serie de artículos sobre temas educativos, a cargo de docentes nacionales y extranjeros
Atendiendo una invitación de nuestro Departamento, la docente española Marisa Moya Fernández, escribe este interesante post, donde entre otras cosas, nos da a conocer los nuevos retos y desafíos de la educación de hoy, si bien es cierto desde la visión de la educación infantil, muy válidos y pertinentes para todos los niveles educativos.
Marisa Moya Fernández, es diplomada en Magisterio con las especialidades de Ciencias Humanas y Educación Infantil por la Universidad Complutense de Madrid, también licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Actualmente dirije una Escuela de Educación Infantil del Primer Ciclo de la Etapa de Educación Infantil, es decir niños de 0 a tres años. Lleva 32 años dedicada a esta profesión.
En la sección Blogs recomendados, está el enlace para que puedan visitar su blog: Escuela Infantil Gran Vía
¿Qué es la Educación Infantil? ¿Quién es nuestro alumno? ¿Qué quiere el docente de esta etapa para su alumno? ¿Cuál es la finalidad educativa de la escuela hoy?
Entiendo que mi artículo debe intentar trasladar cuál es la experiencia de una escuela de alumnos del Primer Ciclo de Educación Infantil, niños del 0-3. Para ello me serviré de algunos pilares que son los que apuntalan nuestro quehacer en la maravillosa tarea de facilitar el desarrollo de nuestros chicos.
Desde la percepción del niño como:
Protagonista de su vida, para tomar sus decisiones sabiéndose respetado y con confianza en sus posibilidades.
Sujeto que tiene, a esta edad, una forma de conocer distinta a la de los adultos. Su conocimiento no es analítico, sino global, es decir, su percepción es confusa e indiferenciada de la totalidad.
Un niño que precisa que el mundo que le rodea sea coherente y seguro. Desde que nacen hay que tomar muchas decisiones, la alimentación, cuidados, relaciones… están sujetos a muchas situaciones, familiares, escolares, sociales y su necesidad de crecer, su energía, su imaginación no tienen límites. El mundo adulto moldea, canaliza, apoya o agrede esa explosión de vitalidad.
Desde mi formación:
No ya la meramente académica, sino de la independiente, la que me ha permitido complementar y profundizar para la praxis de la Educación Infantil. Desde ese primer soporte, a todas luces, insuficiente y que se ha ido modificando con posteriores y continuas adquisiciones de aprendizaje y contenidos.
Y habiendo bebido de las fuentes, “de la importancia del juego” en Fröbel, de Montessori y su “desarrollo de capacidades con intencionalidad de autonomía física, afectiva e intelectual, a través de una educación sensorial”; Decroly y su perspectiva de que nada en educación es definitivo "la escuela ha de ser para el niño, no el niño para la escuela" , que siempre hay que experimentar, o Kilpatrck con su “método por proyectos”, Freire “ la educación es un proceso a través del cual todas las personas implicadas en él educan y son educadas al mismo tiempo”. Piaget y su “importantísima teoría del desarrollo cognitivo”, Vigotsky “la zona de desarrollo próximo es un rasgo esencial del aprendizaje, es decir, el aprendizaje despierta una serie de procesos evolutivos internos capaces de operar sólo cuando el niño está en interacción con las personas de su entorno y en cooperación con algún semejante. Una vez que se han internalizado estos procesos, se convierten en parte, de los logros evolutivos independientes del niño”…
Desde los numerosos estudios multidisciplinares:
Que evidencian la importancia de la Educación Infantil en el proceso de configuración personal. Que el niño tiene una carga genética cuando viene a este mundo, y que en ella se puede influir. En la parte física con higiene, alimentación y hábitos saludables, en la parte cognitiva, también se puede y se debe sobre su sistema nervioso inacabado, con millones de neuronas esperando alimento, que en los primeros años de la vida, no es otro que toda la información que llega al cerebro, a través de los sentidos.
Desde un modelo educativo:
Que considera que los primeros años de vida marcan el desarrollo cognitivo e intelectual del individuo.
Que prima que en la Infantil se aprende por la experiencia, que los niños conocen por la actividad, por la manipulación, por la experimentación... no tienen conceptos, para elaborarlos en edades posteriores están obligados a sentirlos, a percibirlos con sus sentidos porque no pueden extrapolar ideas.
Que se basa en la estimulación temprana, adelantándose a la maduración, interviniendo sobre ella, facilitándola, promoviendo conexiones neuronales, sinapsis, que sólo en los primeros años de la vida se pueden hacer. Cuidado, con ello no quiero decir ofrecer estimulación arbitraria. No, es vital que en estas edades tempranas, el educador sea sensible a los periodos sensitivos del chico y proporcione, en cada momento la adecuada.
Un modelo educativo en el que la finalidad no sea tanto instructiva como de “desarrollo de capacidades, potenciación de habilidades, destrezas para aprender a aprender, a comunicarse, a ser. Que no coarte la curiosidad innata del niño y que fomente su pensamiento creativo y divergente. Que garantice interacción personalizada, que procure la atención que requieren los niños de esta etapa (todavía muy vinculados a lo asistencial), que pueda garantizar el clima de afectividad y tranquilidad tan necesarios, como imprescindibles para el buen desarrollo de los niños pequeños. Que aporte posibilidades de colaboración, comunicación y socialización, beneficios imprescindibles para ser individuos capaces en la futura escolarización”.
Un modelo que cree en el niño como sujeto protagonista de su aprendizaje, de su propia construcción personal SIN OLVIDAR que para que se optimice ES IMPRESCINDIBLE la estimulación física y social de iguales y adulto.
Un modelo en el que apoyar, fomentar y esforzarse y respetar la autonomía de los niños, esta es nuestra seña de identidad. En la escuela, es el gran reto, apoyar a los niños, en lo cotidiano (desde saber moverse, abrochar un botón, comer, prescindir del chupete, saludar, ir al baño…) para conseguir esa autonomía que en nuestra etapa tiene un carácter todavía funcional. Como siempre, como en todo, motivando y ayudando… hacia sus pequeños/grandes logros. Supone tesón, esfuerzo y generosidad fomentarla y un disfrute ver ejercerla.
Desde un sustrato metodológico:
Basado en el aprendizaje globalizado y significativo que posibilite que el niño descubra sus propias posibilidades mediante la experiencia. La metodología no debe responder al planteamiento tradicional “educador/autor”, “educando/receptor”, debe ser activa, siendo el educador el orientador/guía/promotor de la investigación.
Cuando los contenidos a trabajar son prácticamente los mismos, de una escuela a otra, de un educador a otro, lo que diferencia es el método y la persona. La metodología está muy vinculada a la persona que la lleva a cabo, a su enfoque de aprendizaje, a su intuición, a su capacidad de observación de la realidad del niño, de sus intereses, a su capacidad de ofrecer oportunidades de creación de conocimientos.
Teniendo en cuenta las necesidades afectivas, las necesidades de actividad/movimiento, de autonomía, de afirmación de sí mismo y canalizando a través de nuestra mejor herramienta, el JUEGO.
Y como son los primeros años de vida los de mayor significación para el desarrollo del ser humano, para trabajar con los niños no es suficiente estimular, desarrollar actividades que no tengan un propósito y un orden con finalidad educativa, tiene que haber “una forma de hacer”. Tiene que haber un ”saber hacer” del educador para lograr esa finalidad. Y este manejo inteligente de las distintas alternativas para guiar al niño debe dar respuesta a interrogantes como “qué enseñar” y “cómo enseñar”. Aunque sin olvidarnos de lo esencial “qué aprenden” y “cómo lo aprenden”.
Y en este “qué aprenden y cómo lo aprenden”, las nuevas tecnologías provocan un conocimiento distinto, ofrecen posibilidad de destrezas hasta ahora insospechadas que devienen en nuevas formas de representación de la realidad.
Nosotras vemos las nuevas tecnologías aplicadas al ámbito educativo como el gran e imprescindible aliado para la enseñanza/aprendizaje.
Para su uso en la Educación Infantil se tiene que partir de un conocimiento cabal y profundo del desarrollo del niño, tener en consideración, de una manera especial, su momento evolutivo y por ende sus características, capacidades y limitaciones:
1. El sistema nervioso no está totalmente maduro al nacimiento.
2. Progresivo aumento de la capacidad de trabajo del sistema nervioso central.
3. Resistencia limitada de las células nerviosas ante los diferentes estímulos.
4. Desequilibrio de los procesos de excitación e inhibición.
5. Poca movilidad o transferencia de los procesos de excitación e inhibición.
6. Desarrollo de la percepción.
7. La motricidad, la actividad con el ordenador precisa un determinado desarrollo de las capacidades motrices infantiles…
La informática entrará en sus vidas a través del juego, de la construcción, de la actividad artística, del lenguaje y la comunicación, con programas instructivos y lúdicos afines a sus intereses, y que posibiliten su afán de creación y experimentación.
Hay que concebir al juego y a su nuevo instrumento, el ordenador, como una unidad, y funcionar de una nueva manera creativo-problemática.
Las actividades informáticas no deben crearse nunca como tareas aisladas, sino como parte de un todo integral que responda al currículo, o a una parte del contenido de dicho currículo. Vía Asociación Mundial de Educadores Infantiles.
Y considerándonos, a nosotras mismas, las docentes las primeras aprendices y emprendedoras, junto al alumno, de un proceso de colaboración educativa.
Esa colaboración la hacemos extensiva a toda la comunidad educativa, utilizamos la red para comunicarnos con las familias. Enviamos avisos, menús escolares, programaciones… acercando a los padres a las vivencias de sus hijos en la escuela. Iniciamos la publicación del blog, con él pretendemos que conozcan quiénes somos, cómo trabajamos y qué pretendemos con la labor en el Centro. Es la bitácora la que busca la complicidad con la familia, en la búsqueda de la coherencia educativa. También abrimos cuenta en Facebook y Twitter, en este caso la finalidad es la del aprendizaje colaborativo, estableciendo nexos de comunicación con otros docentes y personas implicadas en el ámbito de la enseñanza.
Hasta aquí esos soportes que junto con el vínculo a las familias son las fortalezas y pilares sobre los que asentamos nuestro modelo educativo. Defendemos la escuela del cambio, abierta al mundo, entendida como comunidad colaborativa, interactiva, que alimente la creatividad y busque la competencia del individuo. De un individuo capaz, competente, comprometido, solidario, creativo y libre.
Y para ello es necesaria una revolución, la de la actitud de los docentes.